Ven, ven aquí junto
al fuego
y acurrúcate conmigo,
él nos dará su
abrigo,
trata de encontrar
sosiego
y abandona este
trasiego.
Aunque te duela en
el alma
con el dolor más
profundo
que pueda haber en
el mundo
verás como el tiempo
calma
también la herida
del alma.
No estés tan triste
mi niño
que si se cierra esa
puerta
otra aparecerá abierta,
el cielo ofrece su
guiño
a quien siente con
cariño.
Y aunque parezca un
infierno
ya soplarán otros
vientos,
vendrán mejores
momentos
y acabará el frío
invierno,
nada en la vida es
eterno.
Alma en el verso
2 comentarios:
Muy cálido, pleno de esperanza. Gracias por compartirlo.
Elisa
Una madre siente infinitamente más el dolor de un hijo que el suyo propio. Muchas gracias, Elisa.
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