Qué importa si es de noche o es de día,
cuándo duermes o cuándo estás activa,
qué importa cuantas horas tiene el día
ni si la solución se muestra esquiva.
No importa cuanto mueres cada día,
ni esa insensata lágrima furtiva
que alguna vez, asoma al fin del día,
señalando que vas a la deriva.
Hay que ser fuerte, tanto como el hierro
y ver el mundo con mirada fría
para vencer el miedo desde arriba.
Ya lo dijo el poeta, José Hierro:
“por el dolor se llega a la alegría”
-Agradece a la vida que estás viva-
Alma en el verso
6 comentarios:
es verdad que hace falta pelear mucho con la vida para sentir un poquito de felicidad.
biquiños,
Y más en un tiempo en que decepción tras decepción se apila...
Muchas gracias, Aldabra. Me alegro mucho de saludarte de nuevo.
Un abrazo
Muy cierto el último verso, que vale por un soneto entero.
Felicidades y abrazos.
Cristino.
Gracias, Cristino. Un abrazo para ti también.
Nuevamente felicitaciones, en este poema nos llega el impulso, late la vida con toda su lucha. Gracias por compartirlo.
Un gran abrazo, desde el otro lado del mar.
Elisa
Gracias a ti Elisa, por tu visita y tu comentario.
Un abrazo
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