Hoy sopla ya destemplado el viento,
el verano ya toca a su fin
y en el jardín se
escucha un lamento.
Son la hojas del
almez, que lloran
porque con cada
ráfaga sienten
que sus verdes tallos se resienten.
Son las lavandas atropelladas,
que con su
sencillez y donaire
dejan su último
aroma en el aire.
Es la madreselva,
que se abraza
a las ramas de la
buganvilla,
añorando su flor
amarilla.
Es el jazmín, que
parece mustio,
recordando otros tiempos mejores
en los que dejaba
sus olores.
Sólo el limonero sigue ajeno
altivo y
altanero en el centro,
viéndose de hojas
y frutos lleno.
Hoy sopla ya
destemplado el viento,
el verano ya llega a su fin
y en el jardín se
escucha un lamento.
Hoy el viento procede del norte
y lleva de la mano al otoño
que va golpeando
el picaporte.
Alma en el verso
6 comentarios:
Un poema muy visual en el que se tocan diferentes facetas del dolor (melancolía, pérdida, tristeza...) con metáforas vegetales.
Curiosamente yo también tengo un poema al dolor (y a sus diferentes facetas) que se llama igualmente El Jardín.
Me ha gustado mucho leerlo.
Aprecio y valoro mucho tu comentario. Muchas gracias.
Estoy muy interesada en leer tu poema, lo buscaré en tu blog. Un abrazo.
Muy bello, fue como estar dentro del jardín, solo que a través de las palabras.
A la vez me sorprendió la melancolía frente al otoño, yo aprecio mucho esa estación que se llena de ocres intensos, y en la cual las hojas hablan al ser pisadas. No me animo a ponderar el invierno, pero sí vale la pena disfrutar la tibieza que lo precede. Animo y a disfrutar! Un beso. (Disculpá esta: mi visión entrometida).
Elisa
Cada estación tiene su belleza y su encanto, y supongo que como todo en la vida, cada uno percibe y siente según el momento en que se encuentra. Muchas gracias, Elisa.
leyendo el poema se siente la placidez del tiempo que pasa de manera serena.
biquiños,
Muy apropiada la palabra: serenidad.
Muchas gracias y un saludo, sirena Aldabra.
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