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La tarde se deshoja como rosa
marchita que en su rama languidece
y la luz en el cielo se ensombrece
mientras la lluvia cae silenciosa.
El día, en breve,
yacerá en su fosa,
un día aciago que se
desvanece
entre las sombras que
la noche mece
en su seno de
forma misteriosa.
No lo retengas,
déjalo marchar
y airea la amargura que hiere adentro
porque el poso se
hacina en flujo lento.
No pienses más en
negro que es cerrar
la puerta al cambio y
evitar su encuentro
quedándote sin aire y
sin aliento.
Alma en el verso
6 comentarios:
Hermosa catarsis, que controvertida forma de belleza: sacar afuera lo que nos lastima y nos asfixia... En buena hora compartir tanto sentimiento!
Un beso simple y grande.
Elisa
Muchas gracias, Elisa. Siempre agradecida por tus comentarios.
Un abrazo
destacaría estos dos versos como la clave del poema:
"El día, en breve, yacerá en su fosa,
un día aciago que se desvanece"
dolor, oscuridad, sufrimiento, desesperanza...
aunque en los dos últimos párrafos hay un cierto rayo de luz.
biquiños,
Sí… y por más negro y desfavorable que sea el momento que atravesamos, de nada sirve dejarnos caer por seguir pensando en ello, hay que intentar romper la inercia que nos conduce a hacerlo y tratar de pensar en positivo, es la única forma de ayudarnos.
Muchas gracias, Aldabra.
Un abrazo
Sí, es preferible dejar que caigan en la fosa diaria los días aciagos y para que no hagan daño, una vez allí, más vale airearlos, limpiando lo que estorba para lo sucesivo.
Bien traído el soneto.
Felicidades y un abrazo.
Muchas gracias, Cristino.
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