La calle es un peregrinar sin rumbo,
gentes que miran sin apenas verse,
cuerpos que colisionan al moverse,
voces que unidas forman un retumbo.
La marea camina dando tumbos,
chocando sin
apenas contraerse,
saltando normas
sin estremecerse,
destilando un hedor nauseabundo.
A veces parecemos inconscientes
olvidando principios esenciales
en pro de un egoísmo degradante.
Autómatas de
empecinadas mentes
dejando atrás
consignas primordiales,
con un sólo propósito, ir delante.
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Querer ir por delante
a menudo es un burdo ir para atrás
hacia una
involución exasperante.
Alma en el verso
2 comentarios:
Gran riqueza de palabras y de sensaciones. Te felicito, se denota un proceso entre los primeros poemas y este, ¿qué valorás vos?. Muy bello!!!!!!
Elisa
es verdad que a veces somos como autómatas, borregos que vamos a donde va el de cabeza...
biquiños,
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