Foto de M. Piraux |
Lento es el pasar, honda la tristeza,
cuando en el sendero la luz se oscurece
y la sombra avanza con tanta firmeza
que todo se agrisa, todo se ennegrece.
Qué intenso el dolor, cuanta su aspereza,
cuando hondo cala y por momentos crece,
cuando ya la duda no es más que certeza
y el miedo al adiós te ahoga y estremece.
Amargo final, el del ser humano,
triste despedida que tanto nos duele,
y más, si es de un ser que uno tanto quiere.
Por más que se espere de un cielo lejano,
es tanto el dolor y tanto nos hiere
que no hay argumento ni fe que consuele.
Por más que uno busque, por más que uno anhele
fuerza y entereza, el alma no puede
calmar la emoción, el duelo no cede.
Alma en el verso
9 comentarios:
Muy hermoso y muy terriblemente real, lamento hondamente que hayas tenido motivos para este poema. Te envío un beso grande y todo mi cariño, fuerza amiga, la palabra sirve para armarnos con ellas frente a lo que nos traspasa y nos exime de respuestas. Un gran abrazo.
Elisa
Agradezco profundamente tus palabras de comprensión y cariño.
Un gran abrazo, Elisa.
EN ALGÚN momento de nuestra vida todos pasamos por un duelo que es tal cual describes en tu poema.
Es un poema muy triste pero muy hermoso y sentido.
cariños y biquiños,
Este poema me ha llegado. Gracias por compartirlo
De todo corazón, muchas gracias.
Un abrazo
Deseo que tu corazón pueda superar pronto el dolor que le ha dictado unos versos tan tristes ¡Animo!
Un abrazo de corazón
Muchas gracias, Antonio.
Un abrazo
Es bello y triste, pero necesario, las palabras nos ayudan a catalizar el dolor.... expresarlo lo hace más débil aunque no desaparezca. Un abrazo enorme.
Un abrazo grande para ti también Acho. Muchas gracias
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