- Entre las olas -
Noche serena que en templada brisa
y esencias de salitre se mecía,
ignorando que el viento arreciaría
cambiando pronto su actitud sumisa.
El vendaval se alzaba a toda prisa
y la paz que la noche prometía
fue trocando en tristeza la alegría,
llevándose la luz de la sonrisa.
La soberbia, huracán que nos condena,
dictó sentencia y luego huyó de allí
a la impávida luz de las farolas.
Cansada me senté mirando la arena,
alcé por fin los ojos y la vi,
el viento la arrastraba entre las olas.
Quedé pensando
a solas:
¡Cuánto
dolor genera la arrogancia
que
engendra el germen de la intolerancia!
Alma en el verso
6 comentarios:
Muy bello Luisa, ojalá sea real, no creo en la justicia de la vida, si tal vez en el azar, en la lógica desconocida y ajena a nuestro entendimiento.
Sería justo ver a los arrogantes, a los intolerantes arrastrados por las olas...
Qué así sea mi amiga...!
Mis felicitaciones, gracias por compartirlo, un abrazo grande.
Elisa
No todo lo el mar recoge acaba muriendo en el fondo, muchas veces lo que recoge en una playa lo transporta y lo lleva a otra. La soberbia no entiende de justicia ni suele bajar nunca la cabeza ni siquiera cuando alcanza cotas insostenibles que la retratan, antes que admitir ante la evidencia que incurre en el error, prefiere huir de forma altiva y altanera y mantenerse en su arrogancia… desgraciadamente, vaya donde vaya por sí misma o arrastrada por las circunstancias, va plantando cara y sembrando brotes de intolerancia.
No es fácil convivir con ella ni tratar de contrarrestarla con razones.
Muchas gracias, Elisa
es verdad Alma, lo que el mar recoge puede que lo deje de nuevo en otra playa, por eso la arrogancia, la intolerancia, la codicia... nunca paran. Pero tampoco paran de llegar la alegría, el amor, la ternura, la comprensión...
Lo importante, creo, es buscar el equilibrio, no dejar que esos sentimientos dañiños con los que tenemos que convivir ganen la batalla a los sentimientos positivos.
Estamos siempre en lucha con nosotros mismos.
biquiños,
Me encanta tu comentario, Aldabra. Es ahí donde quería llegar con este poema… a hacer reflexionar en el peligro de dejarse llevar por la intolerancia que suscita, hay que luchar por difícil que sea, para que ese germen no arraigue porque eso termina siempre generando dolor y sufrimiento.
Muchas gracias
Totalmente de acuerdo con Aldabra y precioso tu poema. Un abrazo
Muchas gracias, Silvia. Un abrazo.
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