Aquí, desde mi
ventana,
cada noche en mi
rincón,
la miro con emoción
cuando pasa tan
galana.
La sigo con la
mirada
como quien mira a
una diosa
que camina
majestuosa
sabiendo que es
admirada.
Es tanto el fulgor
que emana
que más parece un
diamante
que el satélite
distante
que siempre nos
acompaña.
Y aún sabiéndola
lejana
abrupta y
controladora
yo la siento
soñadora,
compañera muy
cercana.
Y la miro muy
callada,
siento que lo sabe
todo,
lo sabe del mejor
modo,
no importa decirle nada.
Es cómplice y
camarada
cuando la inspiración
brota
o el cansancio me
derrota
en la soledad amada.
Y sentirla me
sosiega
por que sé que no
estoy sola
cuando veo la aureola
de su imagen andariega
asomar por mi
ventana,
como dulce compañera
que cada noche me
espera
con su amistad cotidiana.
Alma en el verso
4 comentarios:
Realmente es ..."dulce compañera...cómplice...camarada"...
Es increíble que desde otro rincón del planeta, en hemisferios opuestos, las sensaciones y las percepciones puedan sentirse tan compartidas. Muy armoniosas y sensibles Redondillas, mis felicitaciones, cariños.
Elisa
Muchas gracias, Elisa.
Eso es lo que se adjudica unánimemnente a la luna. Hace un ratito, te hablaba de las cuartetas con elogio a esta clase de composición, pero la musicalidad de la redondilla, al menos para mí, es más atractiva.
Felicidades y abrazos.
Muchas gracias, Cristino
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