En el confín de
la vida
espera siempre
una dama
de gélida y
obscura fama,
para muchos tan
temida
y para otros
desabrida
pero ansiada escapada,
esperando bien
armada,
el certero y
cruel momento
de dejarnos sin
aliento
en cualquier encrucijada.
¿Porqué nos
asusta tanto
esta dama tan
obscura
de aterradora figura,
arrebujada en un
manto
carente de todo encanto?
No es mi muerte
la que temo,
es la angustia en
que me quemo
cuando pienso en
los que quiero
y en el final
traicionero
esperando al otro extremo.
Cuando le llegue
el momento
dejará mi alma su
funda,
en una fosa
profunda
de ese lugar
ceniciento,
ni el desgarrador
lamento
ni el más piadoso
ruego
en ese
desasosiego,
podrán sin duda evitarlo
ni tan siquiera aplazarlo
y a asumirlo no
me niego.
Espero que cuando
llegue
ese final tan
funesto
y no quede de mi ni
el resto
donde el gusano trasiegue,
pueda encontrar su albergue
esta alma, que tantas veces,
cuando Tú
desapareces,
se me pierde entre las manos
por caminos tan lejanos
entre creencias y
preces.
Alma en el verso
6 comentarios:
El temor a la muerte es un temor tan humano, y quién no ha pensado en los suyos, que será de ellos si no estamos, yo siempre lo pienso. Gracias por esta reflexión, querida Alma.
Es cierto, todos, unos más que otros, la tememos, personalmente me asusta mucho más que ellos falten que que yo muera, dicen que nadie es imprescindible pero yo sé muy bien que ese lugar que ocupan en mi corazón, cuando se vayan, se anegará de una tristeza tan intensa que no sé si podré superarla. Puede ser egoísmo por mi parte pero me gustaría poder tenerlos siempre cerca, siempre conmigo.
no tengo miedo a la muerte, tengo miedo al dolor, al sufrimiento, a la decadencia física... eso sí que es negruzco y tenebroso.
biquiños,
Y con toda razón Aldabra, un periodo de sufrimiento y decadencia tan duro y que puede durar en muchos casos más de lo que conviene es mucho peor que la muerte misma.
En verdad pones el alma en el verso y...su contexto.Muy,muy bueno.
Saludos
Muchas gracias por tu amable comentario, Tierra de Poetas. Un cordial saludo.
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