Foto de M. Piraux |
Quiso
alcanzar el cielo con sus manos
y
aferrándose firme a sus raíces
darle
al paisaje formas y matices
que forjaran ambientes más humanos.
Los grandes retos nunca son livianos
y luchando por aires más felices
quedó herido, con grandes cicatrices
que no pueden curar los cirujanos.
Siempre
supo que el cielo estaba lejos
pero
eso nunca fue razón de peso
que le
pudiera disuadir del reto.
Un mundo de egoísmos sin complejos
es el que impone a la bondad el veto
es el que impone a la bondad el veto
tratando
de impedir cualquier progreso.
Alma en el verso