-I-
Con el alma
cansada sale cada mañana
dejando su
despecho a los pies de la cama,
con el único
aliento del dolor de su drama
para empezar
de nuevo su lucha cotidiana.
Uno más, que
en la calle se une a la caravana
de gente sin
trabajo, que en soledad reclama
un derecho
sagrado para salvar lo que ama,
a pie y
puerta por puerta, con firmeza espartana.
¡Qué soledad
más grande! ¡qué impotencia tan triste
camina hoy
por las calles, las ciudades de España!
- El mundo
es una selva plagada de gusanos -
Sin que
nadie haga nada por limpiar ese quiste
ese cáncer
maldito que se extiende con saña
y convierte tragedias en números lejanos.
-II-
¿Es que no
hay en el mundo sentimientos humanos?
¿de qué sirven
recuentos si los números llueven
si las
tragedias de otros, ni siquiera conmueven
a los que
nos gobiernan en foros soberanos?
Y mientras
ellos hacen de “doctos” cirujanos,
personajes
corruptos, a plena luz, promueven
los hilos de
la trama en que ágiles se mueven,
amasando
riquezas con diabólicas manos.
El viejo continente se desestabiliza
y castiga cruelmente a una ciudadanía
presa de un reajuste dictador y mezquino.
Cual ave que resurge del humo y la ceniza
del ardiente rescoldo surgirá un nuevo día
si en justicia se toman las riendas del
destino.
Cuando en
paz y entre todos, guiemos nuestro sino
desterrando
del mundo intereses tiranos,
rescatando
virtudes y valores humanos.
Alma en el verso