Indigna imagen se ofrece
cuando para
acreditarse
es necesario escudarse
en yerros que
otro padece,
olvidando que
envilece
la persona y su
valía
el valerse de una
vía
que pone de
manifiesto
un modo tan
deshonesto
de demostrar tal valía.
Lo que ensalza a la razón
es la verdad que
transluce
y la luz con la que
luce,
no exige comparación
ni más
argumentación
que la simple
explicación,
y a veces ni
siquiera eso,
porque su valor y
peso
son de tal consideración
que basta la observación.
Alma en el verso